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El Periódico La Revuelta…
Y las brujas conspiraron
El Colectivo La Revuelta nació en 1975 como una escisión del Movimiento de Liberación de la Mujer (MLM). Estaba compuesto por un grupo de jóvenes feministas. Berta Hiriart cuenta que unos meses después de la Conferencia del Año Internacional de la Mujer, celebrada en México en 1975, se reunieron alrededor de 40 mujeres convocadas por el MLM para participar en un contracongreso que develara “la demagogia imperante en el acto oficial” convocado por Naciones Unidas. Sin embargo, el sentir era que
El Colectivo La Revuelta nació en 1975 como una escisión del Movimiento de Liberación de la Mujer (MLM). Estaba compuesto por un grupo de jóvenes feministas. Berta Hiriart cuenta que unos meses después de la Conferencia del Año Internacional de la Mujer, celebrada en México en 1975, se reunieron alrededor de 40 mujeres convocadas por el MLM para participar en un contracongreso que develara “la demagogia imperante en el acto oficial” convocado por Naciones Unidas.
las feministas más “viejas” eran quienes tomaban las decisiones, lo cual incomodaba al sector más joven de la asamblea. Esa misma noche, después de la reunión, siete mujeres salieron con la determinación de crear un periódico feminista.1 Ellas consideraban fundamental la labor de concientización social, mientras que la mayoría de las mujeres que militaban en el MLM pensaba que primero había que crear un gran movimiento de mujeres y luego un periódico que fuera su expresión.2
Para las siete mujeres
Sin embargo, el sentir las feministas más “viejas” eran quienes tomaban las decisiones, lo cual incomodaba al sector más joven de la asamblea. Esa misma noche, después de la reunión, siete mujeres salieron con la determinación de crear un periódico feminista.1 Ellas consideraban fundamental la labor de concientización social, mientras que la mayoría de las mujeres que militaban en el MLM pensaba que primero había que crear un gran movimiento de mujeres y luego un periódico que fuera su expresión.2
fundadoras era prioritaria la edición de un periódico que fuera el estandarte del feminismo, que ampliara la capacidad de acción del movimiento y cuya distribución representara una forma de hacer agitación política. Su intención era generar una conciencia social sobre la situación de las mujeres en el capitalismo. En el testimonio de 10 años de trabajo feminista, Berta Hiriart habla de siete mujeres fundadoras, aquí sin embargo colocamos el nombre de ocho según la lista de las autoras que aparecen en la antología La Revuelta: reflexiones, testimonios y reportajes de mujeres en México, 1975-1983, una publicación de Martín Casillas Editores.
Para las siete mujeres fundadoras era prioritaria la edición de un periódico que fuera el estandarte del feminismo, que ampliara la capacidad de acción del movimiento y cuya distribución representara una forma de hacer agitación política. Su intención era generar una conciencia social sobre la situación de las mujeres en el capitalismo. En el testimonio de 10 años de trabajo feminista, Berta Hiriart habla de siete mujeres fundadoras, aquí sin embargo colocamos el nombre de ocho según la lista de las autoras que aparecen en la antología La Revuelta: reflexiones, testimonios y reportajes de mujeres en México, 1975-1983, una publicación de Martín Casillas Editores.
Eli Bartra
María Brumm,
Chela Cervantes
Bea Faith
Lucero González
Dominique Guillemet
Berta Hiriart
Ángeles Necoechea.
1 Hiriart, Berta. La Revuelta: Un testimonio de 10 años de trabajo feminista. En Ediciones de las mujeres, Vol. 5 (junio, 1986), p. 16.
2 Bartra, Eli. El Colectivo La Revuelta o de cuando las brujas conspiraron. En fem, Año 20, n. 163 (octubre, 1996) p. 19.
El promedio de edad de las fundadoras del periódico La Revuelta en 1975 era de 26.6 años, mientras que en el mismo año las fundadoras de fem tenían un promedio de 40.7 años. Esto permite comprender la singularidad del proyecto en cuanto a la finalidad política de la publicación. El periódico no sólo era un medio de expresión para los puntos de vista, sino que tenía la intención fundamental de generar un impacto social que permitiera transformar las estructuras socioculturales del machismo dominante. Por otro lado, el grupo no contaba con ningún tipo de experiencia profesional en el área del periodismo o la escritura, por lo que su publicación representaba una labor titánica. El grupo estructuró un proyecto editorial sin precedentes; todo había de ser construido desde cero, para lo cual el colectivo se reunió por más de un año.
Aunque la publicación del Periódico La Revuelta fue relativamente breve en relación a otras publicaciones feministas, el Colectivo La Revuelta se constituyó como un grupo pequeño y sólido con principios de horizontalidad en la distribución de la tarea editorial, esta fue la razón por la que sus integrantes se negaron siempre a firmar de manera individual los artículos publicados. De las 90 colaboraciones, artículos, notas y demás que aparecieron en los nueve números de La Revuelta, sólo dos poseen mención de autoría: Un relato de Melba Hernández sobre los preparativos al Asalto del Cuartel Moncada titulado “Notas acerca de la creatividad y las mujeres”, aparecido en el número 2, y un fragmento del ensayo de Emma Goldman titulado “Matrimonio y amor” aparecido en el sexto número del periódico.
En septiembre de 1976 apareció el número uno del periódico La Revuelta, lo cual significó la creación del primer medio impreso de divulgación del feminismo en México. Los números aparecieron de manera errática, sin ninguna periodicidad debido a la falta de recursos económicos del grupo y a las dificultades que representaba su distribución, que en aquel entonces se hacía de manera directa en las calles, como una forma de acción política.

El primer número del periódico es un manifiesto feminista en forma de cartel impreso en una hoja de 45 x 65 centímetros; el segundo contiene únicamente cuatro artículos impresos por ambos lados de una hoja de las mismas dimensiones. A partir del tercer número el periódico adquiere ordenamiento temático y un formato tabloide de 45 x 30 centímetros. Este número aborda el aborto y la anticoncepción; el cuarto trata acerca de la infancia y la identidad de género; el quinto habla sobre sexualidad; el sexto sobre maternidad y familia; el séptimo tiene como tema a las mujeres trabajadoras; en el octavo se aborda la vulnerabilidad de la mujer en la sociedad contemporánea; y el noveno habla del amor romántico, la salud y la violencia. Todas las ediciones fueron impresas en letras grandes y vistosas para facilitar la lectura de un sector amplio de mujeres: buscaban crear una base social que luchara contra la subordinación de la mujer en todas sus formas.
Es importante destacar que la aparición de una publicación con las características del Periódico La Revuelta, permitió que nuevos tópicos ingresaran al imaginario feminista mexicano y que otros que ya habían sido abordados, fueran vistos desde una nueva perspectiva, juvenil y con un amplio sentido social. A las colectivas les parecía importante que fuera legible para una amplia gama de sectores sociales, desde trabajadoras y amas de casa hasta estudiantes universitarias, por lo cual las contribuciones están escritas con un lenguaje accesible, alejado de tecnicismos que entorpecieran su lectura por parte de mujeres que probablemente tuvieran su primer contacto con una publicación feminista.
Tras los nueve números que publicaron de manera independiente, los cuales componen la totalidad del material que se puede consultar a través de Archivos Históricos del Feminismo, el grupo desgastado por la tarea editorial y las dificultades financieras que enfrentaba decidió acercarse a Carlos Payán, quien en ese momento fungía como subdirector del periódico unomásuno, para proponerle la creación de un suplemento feminista. Él les concedió únicamente una columna semanal que con el tiempo se convirtió en una hoja completa. De esta forma abandonaron el trabajo editorial para centrar sus esfuerzos en la labor periodística con la proyección de llegar a más mujeres.
Entre 1979 y 1981 el grupo colaboró con el periódico. Sin embargo, como señala Eli Bartra, fueron obligadas a firmar los artículos, lo cual despertó tensiones entre ellas. Apunta al respecto: “Esta cuestión de las firmas provocó interminables discusiones; algunas pensaban que firmar era pequeñoburgués, individualista y antifeminista; que podía significar nombre y prestigio personal pero no colectivo”.3

Si pudiéramos trazar una línea del tiempo para hacer un análisis de los cambios y las continuidades en el quehacer político del Colectivo, sin duda la colaboración en el unomásuno sería un claro punto de ruptura.
Berta Hiriart, por su parte, menciona que “el conflicto entre la identidad individual y la colectiva estuvo siempre presente, y de hecho no llegamos a un acuerdo. Muchos años después, cuando publicamos una antología, todavía estaba al rojo vivo”.4

Finalmente, pese a la regularidad con que se publicaban los artículos en el unomásuno, integrarse a ese diario significó una pérdida de autonomía para el grupo. Así, en 1981, el director, Manuel Becerra Acosta, dijo que estaba harto de poemas y gotitas de sangre y les quitaron el espacio. Cierto es que el Colectivo La Revuelta tuvo como propósito sacar a la luz temas que hasta ese momento habían permanecido ocultos y eso chocaba fuertemente con los cánones del unomásuno, de manera que ese fue un motivo para la desaparición de la columna. En 1983 publicaron una antología de artículos en Martín Casillas Editores, y así fue como el Colectivo La Revuelta se disolvió de manera natural para emprender proyectos individuales. Las integrantes permanecieron dentro del feminismo de distintas formas: en el teatro, el cine la creación literaria y la academia, pero seguramente coincidirían en afirmar que el proyecto “La Revuelta” fue una etapa sumamente intensa en sus vidas. A pesar de las diferencias, lograron articular un grupo horizontal en el que prevalecía la igualdad de sus integrantes. Cada una daba su punto de vista, lo defendía, eso les permitía reflexionar, aprender y crecer. La amistad parece haber sido el factor que prevaleció entre ellas, pues hoy en día continúan frecuentándose y dialogando.

Para Archivos Históricos del Feminismo es de importancia trascendental el aporte de este grupo en el imaginario feminista mexicano, y consideramos que muchas de las problemáticas que planteó en su momento continúan vigentes.
3 Bartra, Eli. Op. Cit. p. 21
4 Hiriart, Berta. Op. Cit. p. 18
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